David Williams, periodista nacional del motor y ganador de un premio de seguridad vial.
No importa lo en serio que te tomes la formación adicional de conductor: acabarás enfrentándote a dos grandes obstáculos. El primero es el de la concentración. No importa lo bien que observes e interpretes la carretera, lo bien que controles el coche en las curvas, lo hábil que seas al volante, al cambiar de marcha, al adelantar, etc.... Basta un pequeño fallo de concentración -quizá cuando alguien le habla en el coche, o su vista se fija momentáneamente en un espectáculo al otro lado de la carretera durante un largo viaje- para que su ejemplar historial quede empañado para siempre al cometer un error.
El otro problema es de contrastes. Si te subes a un coche con un conductor mediocre al que no le importa nada, al cabo de 10 minutos dejarás de notar los cambios de marcha chapuceros, la dirección entrecortada, las indicaciones excéntricas o la marcha atrás temerosa. Pero ay del conductor muy preparado si comete el más mínimo error. Aunque hayas superado todos los cursos de formación avanzada y conduzcas como un santo con los cambios de marcha más suaves, la única vez que fallas en un cambio de marcha al salir de un cruce, te equivocas en un cambio de semáforo o, peor aún, se te para el coche, salta a la vista. Esa es la penalización que pagas. Y las últimas estadísticas subrayan el hecho de que la inmensa mayoría de los incidentes en carretera se deben, por supuesto, a errores humanos.
Un análisis del Instituto de Automovilistas Avanzados (IAM) ha descubierto que los factores humanos superan "significativamente" a otras causas de accidentes en las carreteras británicas. El IAM ha estudiado las cifras del Departamento de Transporte y afirma que, en 2014, el error o la reacción del conductor o motorista se citaron como factores contribuyentes en el 74% de los siniestros, en los que se produjeron más de 117.000 víctimas. De ellas, 20.830 solo en Londres.
En sus informes, la policía puede citar hasta seis factores como causa de cada siniestro. El segundo factor más importante fue el "comportamiento o inexperiencia", que se citó como factor contribuyente en el 26% de los incidentes, con más de 40.000 víctimas. En Londres fueron 9.508. Otros factores contribuyentes principales fueron la "acción imprudente" (39.354/25%), la "deficiencia o distracción" (21.916/14%), la "contribución del entorno vial" (20.253/13%) y los "defectos del vehículo" (3.230/dos por ciento).
"La gente suele culpar a su coche, a la carretera o al otro conductor de los incidentes y cuasi accidentes que tienen", dice Neil Greig, director de política e investigación de la IAM. "Estas cifras demuestran que, en la gran mayoría de los casos, es el propio conductor o motorista el culpable".
La IAM señala que el cambio de actitud es el factor clave a la hora de reducir el número de víctimas en carretera, y que los automovilistas deben aceptar la responsabilidad de mejorar sus propias habilidades y reconocer sus limitaciones.
Y añade: "No basta con dejar a la gente a su aire una vez aprobado el examen. Como en tantos otros ámbitos de la vida, la formación adicional da sus frutos, y para un conductor o un motorista, eso significa mantener actualizadas sus aptitudes mediante una evaluación continua", añade. Estoy de acuerdo. Mi primer paso para intentar mejorar mi conducción fue hacer el curso de la IAM y aprobar su examen de conducción avanzada. Después me saqué el carné de moto y el de camión de clase 1, y seguí todos los cursos de alto rendimiento -tanto en carretera como fuera de ella- que se me ocurrieron, incluida la formación con la brigada de escolta de la policía de West Midlands, un curso dirigido por dos tipos duros del SAS y un curso de moto todoterreno de dos días con la leyenda del París Dakar Simon Pavey. El más duro fue un curso intensivo de tres días del High Performance Club en un Caterham. Un trabajo duro.
Pero nada de eso sirve de nada si, por una fracción de segundo, pierdes la concentración y acabas siendo una de esas cifras del DfT. Esa es una de las razones por las que me gusta tener mi dash cam conectada. Si sé que me están "vigilando", me mantiene alerta".